Investigadores de la Universidad de Adelaide, en Australia, han desarrollado un nuevo tipo de batería acuosa que no solo es más segura y sostenible, sino que además supera ampliamente el rendimiento de las actuales baterías de litio. El descubrimiento podría tener un impacto significativo en la integración de energías renovables y en la estabilidad de redes eléctricas a gran escala.
El equipo, dirigido por el profesor Shizhang Qiao, de la Escuela de Ingeniería Química, encontró una forma innovadora de mejorar las baterías de zinc-yodo, una tecnología que ya se consideraba prometedora por su bajo costo y alta seguridad, pero que hasta ahora tenía un rendimiento inferior al de las baterías de litio. El avance clave fue una nueva técnica para fabricar los electrodos, los componentes que almacenan y liberan la energía dentro de la batería.
En lugar de usar el método tradicional que mezcla yodo con líquidos (conocido como “procesado húmedo”), los científicos emplearon una técnica completamente seca. Mezclaron los materiales activos en polvo y los prensaron para formar electrodos sólidos, gruesos y autoportantes. Este enfoque no solo facilita la producción, sino que permite incluir una mayor cantidad de material útil en cada batería, lo que se traduce en más energía almacenada por unidad de peso.
Además, al electrolito de la batería le añadieron una pequeña cantidad de una sustancia química llamada trioxano. Esta sustancia cumple un papel esencial: durante la carga de la batería, se transforma en una película protectora sobre el zinc. Esta capa impide que se formen dendritas, unas estructuras en forma de aguja que suelen desarrollarse durante el uso repetido de las baterías y que pueden provocar cortocircuitos y fallas graves. Gracias a esta protección, la batería se vuelve más estable y duradera.
Resultados
Los resultados fueron impresionantes. Las nuevas celdas tipo pouch conservaron casi el 89% de su capacidad después de 750 ciclos de carga, y las celdas tipo moneda retuvieron prácticamente toda su capacidad (un 99,8%) después de 500 ciclos. Estas cifras demuestran una longevidad muy superior a la de otras baterías similares, algo crucial para aplicaciones que requieren miles de ciclos sin pérdida de eficiencia.
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