El reciente apagón eléctrico ha actuado como catalizador para acelerar una tendencia que ya se gestaba en el sector energético español: el creciente interés por los sistemas de almacenamiento energético. En un mercado cada vez más dependiente de fuentes renovables intermitentes como la solar y la eólica, la falta de respaldo en momentos críticos ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de incorporar soluciones que aporten firmeza y flexibilidad al sistema.
La plataforma nTeaser, especializada en transacciones de proyectos renovables, confirma un incremento notable del apetito inversor por este tipo de activos. Actualmente, gestiona unas 20 carteras activas de proyectos de sistemas de almacenamiento energético en baterías (BESS, por sus siglas en inglés) en venta, con precios que han duplicado su valor en apenas un año, pasando de los 30.000-40.000 euros por megavatio (€/MW) a rangos de 60.000-80.000 euros por megavatio. De cara a los próximos meses, podríamos seguir viendo este incremento en los precios, tanto como consecuencia por el apagón como por la implementación del mecanismo de capacidad.
“La integración del almacenamiento ya no es una opción, sino una necesidad estructural para el sistema”, señalan desde nTeaser. El interés también se refleja en colaboraciones para el co-desarrollo de proyectos, lo que indica que los inversores no solo están comprando activos maduros, sino apostando por iniciativas a medio y largo plazo.
Sin embargo, advierten si no se agilizan los trámites administrativos de este tipo de proyectos, el cuello de botella regulatorio podría retrasar la entrada en operación de muchos de estos proyectos hasta 2027, lo cual pondría en riesgo la fiabilidad del sistema eléctrico si se repiten apagones similares.
Hibridación como factor diferenciador
En el caso de la energía solar fotovoltaica, el mercado ya venía ajustando sus valoraciones tras una etapa de burbuja vivida entre 2021 y 2022. Hoy, el escenario es más maduro y los precios reflejan una rentabilidad más realista. El apagón no ha modificado estas valoraciones de forma brusca, pero sí ha consolidado una tendencia: los proyectos con capacidad de hibridación con almacenamiento ganan cada vez más protagonismo.
“Los activos gestionables se han vuelto más competitivos y atractivos para los inversores”, indican desde la plataforma. En este contexto, están volviendo al mercado inversores de renombre que llevaban tiempo sin realizar adquisiciones, y se está reactivando la estrategia de compra con una visión a medio y largo plazo.
No obstante, la exigencia también ha aumentado: factores como la madurez del proyecto, la ubicación, el acceso, la posibilidad de hibridación o el cumplimiento de hitos administrativos están siendo analizados con lupa. La presión por cumplir con calendarios regulatorios está empujando a algunos promotores a acelerar procesos sin tener estructuras sólidas, lo que podría poner en riesgo el éxito de buenos proyectos.
La eólica: sólida
Por su parte, el mercado de la energía eólica no ha perdido atractivo. A pesar de una ligera corrección en precios, atribuida a la caída general del precio del pool eléctrico más que al apagón, los proyectos siguen capturando valoraciones sólidas.
Si hace dos años se pagaban entre 300.000 y 400.000 €/MW por proyectos listos para construir (RtB, por sus siglas en inglés), hoy se sitúan habitualmente en la horquilla de 220.000 a 270.000 €/MW, manteniéndose como una inversión razonable. Desde nTeaser aseguran que la respuesta del mercado ante activos eólicos en venta sigue siendo muy positiva.
Preocupaciones sobre la red
Más allá de la coyuntura técnica, el apagón ha encendido las alarmas entre los inversores internacionales. Algunos fondos han expresado su inquietud sobre la estabilidad del sistema eléctrico español y su reputación global si no se abordan problemas estructurales. La reacción de los reguladores y del operador del sistema será clave para mantener la confianza del capital extranjero en los próximos meses.
El gran cuello de botella, insisten desde la plataforma, es la red eléctrica. Aunque hayan proyectos renovables bien diseñados, sin capacidad de conexión ni infraestructuras adecuadas, no será posible absorber el crecimiento previsto. Esta limitación afecta no solo a las renovables, sino también a industrias intensivas en consumo energético, como los centros de datos y otras áreas vinculadas a la electrificación.
“El capital está, la tecnología existe y los proyectos están sobre la mesa”, concluyen en nTeaser. Sin embargo, para transformar todo ese potencial en desarrollo real se necesita actuar con rapidez, con marcos regulatorios claros y con una red de infraestructuras capaz de acompañar el despliegue energético que España necesita.
Iases
13/05/2025