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La inversión mundial en energía limpia alcanzará los 2,2 billones de dólares en 2025, el doble que la de los combustibles fósiles

China consolida su posición como el mayor inversor mundial en energía, mientras que la energía solar fotovoltaica atrae más capital que cualquier otra tecnología, según la AIE

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Se prevé que la inversión mundial en energía aumente en 2025 hasta un récord de 3,3 billones de dólares a pesar de los vientos en contra derivados de las elevadas tensiones geopolíticas y la incertidumbre económica, según un nuevo informe de la AIE y las tecnologías de energía limpia atraerán el doble de capital que los combustibles fósiles.

La inversión en tecnologías limpias (renovables, nuclear, redes eléctricas, almacenamiento, combustibles de bajas emisiones, eficiencia energética y electrificación) se encamina a alcanzar la cifra récord de 2,2 billones de dólares este año, lo que refleja no solo los esfuerzos por reducir las emisiones, sino también la creciente influencia de la política industrial, las preocupaciones sobre la seguridad energética y la competitividad en costes de las soluciones basadas en la electricidad, según la edición de 2025 del informe anual de la AIE  sobre Inversión en Energía Mundial. Se prevé que la inversión en petróleo, gas natural y carbón alcance los 1,1 billones de dólares.

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Además de una evaluación exhaustiva del panorama actual de inversiones en combustibles, tecnologías y regiones, esta décima edición del informe World Energy Investment explora algunos de los principales cambios ocurridos en la última década.

La seguridad energética, factor clave

“En medio de las incertidumbres geopolíticas y económicas que ensombrecen el panorama del sector energético, vemos que la seguridad energética se perfila como un factor clave del crecimiento de la inversión global este año, que alcanzó la cifra récord de 3,3 billones de dólares, a medida que países y empresas buscan protegerse de una amplia gama de riesgos”, declaró el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol . “La rápida evolución del panorama económico y comercial implica que algunos inversores están adoptando una actitud expectante ante la aprobación de nuevos proyectos energéticos, pero en la mayoría de las áreas aún no hemos visto implicaciones significativas para los proyectos existentes”.

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“Cuando la AIE publicó la primera edición de su informe sobre la Inversión Energética Mundial hace casi diez años, mostró que la inversión energética en China en 2015 apenas superó a la de Estados Unidos”, añadió  Birol. “Hoy en día, China es, con diferencia, el mayor inversor energético a nivel mundial, con un gasto en energía que duplica el de la Unión Europea, y casi tanto como el de la UE y Estados Unidos juntos”.

Durante la última década, la participación de China en el gasto mundial en energía limpia ha aumentado de una cuarta parte a casi un tercio, impulsada por inversiones estratégicas en una amplia gama de tecnologías, como la solar, la eólica, la hidroeléctrica, la nuclear, las baterías y los vehículos eléctricos. Al mismo tiempo, el gasto mundial en exploración y producción de petróleo y gas se está concentrando en Oriente Medio.

Las tendencias actuales de inversión muestran claramente que se acerca una nueva era de la electricidad. Hace una década, las inversiones en combustibles fósiles eran un 30% superiores a las de generación, redes y almacenamiento de electricidad. Este año, se prevé que las inversiones en electricidad superen en aproximadamente un 50 % el total invertido en la comercialización de petróleo, gas natural y carbón.

A nivel mundial, el gasto en generación de energía de bajas emisiones casi se ha duplicado en los últimos cinco años, liderado por la energía solar fotovoltaica. Se prevé que la inversión en energía solar, tanto a escala de servicios públicos como en tejados, alcance los 450 000 millones de dólares en 2025, lo que la convierte en el mayor componente de la inversión energética mundial. Las inversiones en almacenamiento en baterías también están aumentando rápidamente, superando los 65 000 millones de dólares este año.

Crece la inversión en energía nuclear y cae en petróleo

Los flujos de capital hacia la energía nuclear han crecido un 50% en los últimos cinco años y se prevé que alcancen alrededor de 75.000 millones de dólares en 2025. El rápido crecimiento de la demanda de electricidad también impulsa la inversión continua en el suministro de carbón, principalmente en China e India. En 2024, China inició la construcción de casi 100 gigavatios de nuevas centrales eléctricas de carbón, lo que elevó las aprobaciones globales de centrales de carbón a su nivel más alto desde 2015.

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En una señal preocupante para la seguridad eléctrica, la inversión en redes, que actualmente asciende a 400.000 millones de dólares anuales, no está logrando mantener el ritmo del gasto en generación y electrificación. Mantener la seguridad eléctrica requeriría que la inversión en redes alcanzara la paridad con el gasto en generación para principios de la década de 2030. Sin embargo, esto se ve frenado por los largos trámites de permisos y las estrictas cadenas de suministro de transformadores y cables.

Según el informe, la bajada de los precios del petróleo y las expectativas de demanda provocarán la primera caída interanual de la inversión en exploración y producción de petróleo desde la crisis de la COVID-19 en 2020. La caída prevista del 6 % se debe principalmente a una fuerte disminución del gasto en petróleo de esquisto bituminoso estadounidense. En cambio, la inversión en nuevas instalaciones de gas natural licuado (GNL) muestra una sólida trayectoria ascendente, a medida que se preparan para la entrada en funcionamiento nuevos proyectos en Estados Unidos, Catar, Canadá y otros países. Entre 2026 y 2028, se prevé que el mercado mundial de GNL experimente el mayor crecimiento de capacidad de su historia.

Los patrones de gasto siguen siendo muy desiguales a nivel mundial, y muchas economías en desarrollo, especialmente en África, tienen dificultades para movilizar capital para infraestructura energética, según el informe. Actualmente, África representa tan solo el 2% de la inversión mundial en energías limpias. A pesar de albergar al 20% de la población mundial y de experimentar un rápido crecimiento de la demanda energética, la inversión total en el continente se ha reducido en un tercio en la última década debido a la disminución del gasto en combustibles fósiles y al insuficiente crecimiento de las energías limpias. Para cerrar la brecha financiera en los países africanos y otras economías emergentes y en desarrollo, es necesario ampliar la financiación pública internacional y utilizarla estratégicamente para atraer mayores volúmenes de capital privado, según el informe.

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