El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dejado abierta este miércoles la posibilidad de prorrogar la vida útil de las centrales nucleares más allá de 2035, aunque ha dejado claro que una eventual extensión no afectará ni a los consumidores ni a las cuentas públicas. Durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados, en la que ha rendido cuentas por el apagón que afectó a la península ibérica el pasado 28 de abril, Sánchez ha fijado tres condiciones "de sentido común" para considerar esta opción.
La primera, ha señalado, es que la prórroga garantice la seguridad ciudadana; la segunda, que sea económicamente viable sin que el coste recaiga sobre el contribuyente; y la tercera, que asegure el suministro eléctrico. “Si las grandes empresas energéticas quieren proponer esa prórroga, deben estar dispuestas a pagarla. Que la paguen los ultrarricos que presiden esas compañías”, ha subrayado desde la tribuna.
No obstante, el jefe del Ejecutivo ha reconocido que, a día de hoy, se está "muy lejos" de cumplir esos requisitos y que ninguna energética ha solicitado formalmente la revisión del calendario de cierre pactado en 2019. En aquel año, las principales compañías del sector acordaron con el Gobierno una hoja de ruta para clausurar progresivamente las centrales nucleares aún activas.
Futuro energético "verde"
Pedro Sánchez ha insistido en que el compromiso del Ejecutivo con la transición energética es firme. "El futuro energético de España será verde o no será. No nos vamos a desviar ni un milímetro del camino trazado desde 2018", ha dicho, reivindicando las energías renovables como "la única y mejor opción" para el país.
En su intervención, también ha lanzado duras críticas al Partido Popular y al modelo energético de la etapa de Mariano Rajoy. Ha recordado que bajo su mandato se destinaban 42.400 millones de euros a la importación de petróleo y gas, una cifra que —ha destacado— duplicaba el gasto en prestaciones por desempleo y multiplicaba por ocho el presupuesto destinado a educación. “Aquel modelo nos hacía extraordinariamente dependientes del exterior, dañaba el medioambiente y nos condenaba a pagar la electricidad más cara de Europa”, ha afirmado.
Sánchez ha denunciado que esa estrategia energética respondía a intereses ideológicos y favorecía a unos pocos, en detrimento de hogares, pymes e industria nacional. “Era un modelo que elevaba las facturas, restaba competitividad y alejaba inversiones extranjeras”, ha sentenciado.
Miguel
07/05/2025